• Entrevista con el cliente.
  En primer lugar, y con el objetivo de conocer el alcance del proyecto, determinar las necesidades específicas, y determinar el estilo que se desea emplear en el hogar o negocio en el que se va a desarrollar el proyecto, será necesario concertar una entrevista con el cliente para que nos traslade sus necesidades.

• Estudio conceptual del proyecto.
  En esta etapa realizamos análisis sobre fotografías y sobre plano de las modificaciones que será necesario realizar en la distribución de la vivienda u oficina para lograr el objetivo deseado.

• Definición del proyecto de interiorismo.
  Una vez que conocemos las necesidades del cliente y el espacio disponible, definimos el ambiente que se desea crear y el mobiliario y elementos decorativos a emplear para conseguir el ambiente deseado.

• Presentación al cliente del anteproyecto de interiorismo.
  En esta fase, presentamos a nuestros clientes todo el trabajo previo en planos de plantas y perspectivas 3D para trasladar de manera visual cuál sería el resultado final.

• Selección de los elementos decorativos que se van a emplear en el proyecto.

• Finalización del proyecto.

Comenzamos la reforma, en los casos que sea necesario, y posteriormente, realizamos la instalación del mobiliario y elementos decorativos elegidos.

En este tipo de proyectos es imprescindible que los clientes trasladen toda la información posible relativa a la necesidades de funcionalidad y estilo que desean, ya que esto permitirá que el resultado final se ajuste en mayor medida a sus expectativas.

Igualmente, se recomienda que si el cliente cuenta con algún boceto o imágen que sirva de inspiración o referencia para lo que desea, proporcione al equipo todo el material posible para diseñar un proyecto adaptado 100% a sus necesidades.

La principal diferencia entre un proyecto de decoración y un proyecto de interiorismo es que en el proyecto de decoración el trabajo se centra en la selección de mobiliario y elementos decorativos para dar vida a una estancia que cuenta con todas las necesidades funcionales para el cliente. En cambio, el proyecto de interiorismo suele ir acompañado de una reforma de pequeña envergadura para redistribuir el espacio o crear espacios nuevos que posteriormente serán decorados según las necesidades del cliente.

Generalmente, los proyectos de interiorismo son proyectos integrales, es decir, el equipo se encuentra con espacios totalmente vacíos para ser reorganizados y darles forma, ya sea uniendo dos estancias, tirando un tabique y, por supuesto, con mobiliario y elementos decorativos.